Os traigo en este verano caluroso, una verdadera barbaridad que encontré por casualidad cerca del aeropuerto de Barajas y se trata de las Campsis, las trompetas que llegan del cielo. Nuestro aeropuerto, el de Madrid, (siempre se habla de construir otro, pero en realidad lo que habría que hacer es meter todos los aviones en un solar y quemarlos, para que dejaran de soltar gases de queroseno, hacer un ruido infernal y obligarnos a ser muy infelices si no podemos ir a tal o cual paraíso delicioso donde seremos felicísimos… bobadas). Perdón, a lo que iba; el aeropuerto de Madrid se hallan las mejores Campsis, las trompetas que llegan del cielo. Una extensa zona junto al río Jarama. Las plantas ornamentales que resisten, que viven felices en Barajas son de esas que si se tratara de herramientas o máquinas denominaríamos «heavy duty» en inglés y «profesionales» o simplemente «pro» en español y otros muchos idiomas. Bueno, pues en un solar, junto a una rotonda en medio de ninguna parte y a 37 grados de temperatura, me encontré «esto»: El frenazo que pegué fue de categoría. Pensaba «esta preciosidad de Campsis, la inmortalizo yo en WordPress, Facebook, Twitter y hasta en mi pueblo, Valdetorres».
¿Quieres más imágenes, en lugar de tanto rollo? Aquí las tienes, mira:
Ahí la tienes, se trata de una especie trepadora archiconocida en la costa mediterránea, pero no tanto en los interiores peninsulares, la viña o parra de trompetas (Campsis x tagliabuana), Campsis. Se encuentra tranquila y apoyadita en un muro de un solar ¡mirando al fuego de poniente! Esta orientación oeste, es la más dura para una planta en verano. El incendio solar comienza a última hora de la mañana y hasta que nuestro astro no se oculta tras el horizonte, a eso de las 9, el calor, sequedad e iluminación perpendicular sobre las hojas resulta interminable, eterno. Y la Campsis tan tranquila, tan bella, tan colosal… ¡y tan desapercibida! Ah no, aquí la tenéis, desde ahora sabrá (lo sabrá porque se lo he dicho) que está presumiendo y asombrando «colgada» en Internet, que un montón de millones de visitantes al blog de Pepe Plana están encantados con su porte, color, aspecto imponente, BELLEZA. ¿Tu la quieres en tu jardín? pues nada más fácil. Búscale un lugar soleado (a la sombra no hay flores, sólo debilidad) y plántala junto a un paramento donde apoyarse. Valen los muros, alambradas, rejas, vallas… Pero da a la Campsis, las trompetas que llegan del cielo sitio, tanto en superficie como en el terreno. Venga, antes de seguir otra fotito (cada vez más cerca): Sí, dale sitio porque es muy invasora. Te deja sin nada alrededor, es tan potente que incluso puede romper alambradas con sus fuertes lianas. No le importa mucho el suelo, resiste incluso el yeso, pero te pedirá mucha agua… o la sacará de donde sea. Yo no la tengo en mi jardín... aún, pero voy a tardar poco esta primavera próxima para hacerme con una, aunque tenga que buscarla en Valencia. Le he encontrado un murito más adecuado, junto a otra de esas potentes invasoras, la glicinia (Wisteria sinensis). Se va a armar la gorda, y yo tan feliz con mi Campsis, las trompetas que llegan del cielo.