Cuántas veces habremos escuchado la frasecita, por ejemplo: «me hinco de hinojos ante tanta belleza». Y tal vez hayamos pensado: caray, qué importante el hinojo para aparecer en cada momento relevante.
Bueno pues no, el término hinojo en este caso viene del latín rodilla, cuando te hincas de hinojos te hincas de rodillas, pero… ¿saber esto le resta importancia a nuestro protagonista? ¡Ni hablar!
El hinojo (Foeniculum vulgare) es una de las plantas con más porvenir que conozco. En Europa ya es una de las ensaladas más populares y aquí lo será en breve, ya que siempre seguimos de cerca las euro modas.
De momento, casi todo el hinojo que se produce en España, es para el mercado exterior. Son importantes cepas o cogollos del tronco que se comen crudas o cocidas y están ummmm.
También de momento, la mejor posibilidad de observar hinojos es observar los bordes de los caminos incultos y maravillarse con esas flores en umbela (el hinojo es una Umbelífera), amarillas y con ese aroma penetrante y característico ANISADO!!.
Se trata de una planta súper medicinal, que entre otras cosas es carminativa (elimina gases).
Abraza un hinojo del campo como estos y además de llenarte de simpáticos mosquitos, mantendrás todo el día un excelente aroma a anís, jabón y campo maravillosos.
Francamente, en ocasiones, como esta con el hinojo, tenemos la belleza cerca, inmediata, a mano, y la buscamos en lugares extraños y hostiles.
Me voy a pasear. Me voy a estrujar hinojos!!!