¿LA MEJOR PAELLA? no lo dudes: ¡LA PEPICA!, ¿de Valencia?… ¡y del mundo entero!
Desde el momento en que te recibe con calidez y cordialidad Juan Fos, nieto de los fundadores de LA PEPICA, hace ya ciento y muchos años, Francisco y Josefa, te sientes en casa. Yo había asistido en Valencia a Iberflora y tuve la suerte de encontrar mesa para esa misma noche. ¡Qué alegría!
Les pedí que me colocaran en la terraza para poder escuchar el mar (no pasan coches) y sentir su brisa y aroma, era un octubre cálido y bonancible.
El parking no es problema, numerosas plazas. Tampoco el transporte. El barrio está completamente reformado, casi de estreno; lo que era un lugar bohemio, encantador y hasta cierto punto peligroso, es ahora un enclave joven, glamuroso, lleno de vida bonita.
Como llegar a La Pepica y comerse una paella desde el aeropuerto de Valencia…
1. Sal del aeropuerto y toma el Metro (Linea 5) en dirección Marítim Serrería.
2. En Marítim Serrería haz trasbordo y toma la linea 9 (tranvía) en dirección Marína Reial Joan Carles I.
3. Apéate del tranvía en la última parada y verás la fachada del Rte. La Pepica a 50 metros en dirección a la playa
4. Entra en La Pepica y disfruta de su paella…
El servicio, 10. La comida… ¡11!
Poder degustar toda clase de paellas frente al mar, con un servicio esmerado realizado por gente encantadora… como David, resulta un auténtico placer. Ellos se encargan de que te sientas como en casa, te aconsejan sus bebidas, postres, y claro… ¡sus paellas! Fueron precisamente ellos los que me vieron sediento y me obsequiaron con un delicioso cóctel de champán digno de dioses.
La Pepica esta situado en el Paseo Marítimo de Valencia, en primera línea de playa. La sala esta compuesta de un gran salón principal con capacidad para más de 450 comensales, donde es posible celebrar todo tipo de eventos… con acceso directo a la playa de Valencia y al mar mediterráneo. Pero la zona que mas gustó es sin duda su gran terraza en primera línea de playa de la Malvarrosa, para poder disfrutar de la comida y el servicio mientras observas el mar mediterráneo.
Hablemos de paellas, LA PEPICA… ¡y de Sorolla!
Creo que Valencia, su playa Las Arenas-Malvarrosa y Sorolla están ciertamente emparentadas…
Si hay un plato con solera en este restaurante ese es la Paella Pepica que debe su nombre a una anécdota que le ocurrió al gran pintor Valenciano Joaquín Sorolla mientras cenaba en la Pepica:
«Vino una noche a cenar y como no podía trinchar las gambas y cigalas las retiraron y se las pelaron en la cocina, cuando volvió al restaurante se le sirvió directamente la paella con el marisco pelado y desde entonces incluimos este plato en nuestra carta» (F.Balaguer)
UN POCO DE HISTORIA…
El restaurante La Pepica celebró en 1998 el centenario de su fundación.
Fue creado por el matrimonio Francisco Balaguer Aranda hijo de un guardabarreras procedente de Sagunto (Valencia) y Josefa Marqués Sanchís. Francisco empezó a trabajar en el puerto de Valencia, y ella como empleada en un bar que servía bocadillos a los portuarios y visitantes.
Tras contraer matrimonio, muy jóvenes, instalan su propia casa de comidas dentro del puerto, hasta el momento que tienen que retirarse del recinto portuario. Ya fuera, continúan sirviendo a los mismos clientes bocadillos y bebidas refrescantes en un carro.
Fue el Rey Alfonso XIII quien otorga a Francisco Balaguer y 44 más la concesión de poder instalar a la orilla de la playa sus barracones de madera para servicio de bañistas. Antes de otorgarles la concesión definitiva y construir en obra, se sorteaban cada año los lugares de ubicación en la casa del pueblo. Se montaba en Junio y se retiraba en Septiembre.
El año 1923, el ambiente meteorológico continuaba siendo muy veraniego y no se retiraron a su fecha y un temporal en octubre arrasó todos los barracones instalados. Al siguiente año ya se construyó en obra ajustandose al sorteo de aquel año, en el lugar donde hoy se encuentra.
Actualmente en La Pepica, los nietos de los fundadores continúan sirviendo con cariño a sus amigos y clientes con el buen hacer que les enseñaron sus antepasados.