Las vivaces de otoño tienen algo especial. Son jabatas que han resistido los calores reservando sus encantos para cuando más falta hace el color de las flores. Son especies de día corto, sus sensores perciben que llegan noches largas (esta característica se denomina fotoperiodismo) y es entonces cuando se animan a florecer. El caso más popular de esto lo tenemos con la flor de Pascua (Euphorbia pulcherrima), que florece en Navidad, pero este señor filamentoso que te traigo no se queda atrás. Es el Ophiopogon japonicus, que ahora sorprende con estas espigas blancas, pero… más nos sorprenderá dentro de un mes con… BAYAS AZULES.
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